Excavación Arqueológica Carretera EX103, tramo Calera de León - Cabeza la Vaca (PK 24+770 a 24+950)
El artículo está realizado teniendo en cuenta el informe técnico de los arqueólogos que hicieron la excavación, que cito, informe que está presente en Academia Edu en la página de autor de Juan Carlos Mejías-García y es posible su descarga. Hablar sobre un trabajo realizado por un equipo de colegas y publicado por el aludido autor tiene el objeto de poner en valor tanto el trabajo realizado como la zona en cuestión. Es necesario que los lectores conozcan esta cuestión y otras similares para poner en valor la zona, se honra a los autores de la investigación arqueológica porque se destaca su labor, siempre es grato que se reconozca un trabajo realizado. Me parece buena idea tratar este tema porque la zona es rica en historia pero necesita poner en valor todo su patrimonio. En este caso se hizo una excavación que descubrió patrimonio histórico de tiempos romanos pero el yacimiento no ha sido musealizado, no se ha puesto a la vista de los ciudadanos para su conocimiento y valorización de su identidad cultural. La carretera se trazó por encima de la excavación y lo que puede verse y saberse sobre el tema es la publicación de los autores que he querido destacar con este artículo.
En la excavación arqueológica de la villa romana de la carretera EX103, en el tramo que va desde Calera de León a Cabeza la Vaca, en determinadas áreas, se combinó el uso de métodos manuales con maquinaria mecánica, con las siguientes justificaciones (para conocer detalles específicos, consultar el proyecto de la segunda fase):
a) Zona del camino autorizado para tránsito de camiones y maquinaria: En esta área fue necesario realizar un rebaje parcial, aproximadamente de 0,35 metros de profundidad. El objetivo fue retirar la mayor cantidad posible de suelo compactado debido al tránsito de vehículos, lo cual dificultaba en gran medida cualquier excavación manual.
b) Sector septentrional: En esta sección, se rebajó alrededor de 0,40 metros de la capa de tierra vegetal. Se ha confirmado que esta zona se encuentra fuera de los límites de la villa y ha acumulado sedimentos arrastrados de áreas cercanas.
El resto de la superficie, incluidas las áreas que previamente fueron rebajadas con maquinaria, se excavó de forma manual hasta alcanzar la máxima profundidad arqueológica del sitio. Esto se logró, en algunos casos, al llegar hasta la roca madre de la zona, que es pizarra y en otros casos mediante la identificación y delimitación de los pavimentos existentes.
Al final de la intervención, estos pavimentos fueron levantados parcialmente con el fin de obtener una mejor documentación cronológica sobre la construcción de la villa. Sin embargo, no siempre se consiguió la información esperada.
Todos los paramentos, pavimentos y demás estructuras arquitectónicas fueron cartografiados, trazándolos en papel milimetrado a escala 1:20. Los dibujos del sitio fueron escaneados para su georreferenciación, lo que permitió trabajar digitalmente sobre ellos. De esta manera, se pudieron almacenar los registros en formato digital con coordenadas absolutas, utilizando el Sistema de Referencia UTM, datum ED50, huso 29 N.
Durante toda la excavación los arqueólogos usaron un nivel topográfico de precisión, lo que permitió obtener cotas absolutas de cada hallazgo, así como de las distintas unidades estratigráficas sedimentarias documentadas en el proceso.
La estrategia de trabajo se basó en las propuestas metodológicas de E.C. Harris (Harris, E.C. (1991): Principios de estratigrafía arqueológica. Barcelona), adaptadas específicamente más tarde por A. Carandini (Carandini, A. (1981): Storie dalla Terra. Manuale dello scavo archeologico. Bari). Se analizó de forma exahustiva cada elemento individualizado en la intervención arqueológica que aportaron información acerca de la explicación, génesis o evolución y transformación del registro arqueológico, del yacimiento arqueológico.
Durante el proceso de excavación fueron lavados y/o limpiados, datados, clasificados e inventariados, todos los restos materiales hallados. Los de especial interés patrimonial y los significativos para el establecimiento de cronología o de funcionalidades fueron fotografiados y dibujados.
La villa pudo haber estado habitada desde el siglo II d.C. tiempos de dominación romana, al siglo VII, periodo alto y bajo medieval, hispanovisigótico, constatando los arqueólogos una segunda fase que entendieron pudo culminar en presencia islámica entre los siglos VIII y IX.
Se pueden identificar tres zonas principales: el área urbana, al centro del yacimiento, que corresponde a la residencia principal del propietario; la área fructuaria, al Oeste, que incluye las dependencias secundarias como las viviendas de los trabajadores, almacenes y cocinas; y la área rústica, al Este, que abarca los espacios directamente vinculados a las actividades agrícolas y ganaderas de la villa, como cobertizos, establos y talleres. Se encuentran estas tres partes, claramente diferenciadas unas de otras, por su distribución espacial sobre el terreno y por las peculiaridades de las estructuras, restos materiales hallados y por la funcionalidad intuida y deducida de los espacios que se han documentado. Pero ninguna de las partes fue excavada en su totalidad porque quedaban fuera del trazado de la carretera, por lo que se consideró que estaban libres de poder ser afectadas por la destrucción total que habría supuesto la ejecución de la obra de la carretera planificada.
Se identificaron seis tipos principales de unidades estratigráficas:
- sedimentaciones (tanto artificiales como naturales),
- paramentos,
- pavimentos,
- estructuras de almacenamiento,
- canalizaciones y
- otras de diversa índole.
Todos los paramentos registrados en la excavación eran de mampostería, utilizando piedras de distintos tamaños y formas, así como materiales de barro como ladrillos y tégulas. En cuanto a los elementos empleados para unir las piedras y otros materiales constructivos, observamos una notable variedad, con dos tendencias predominantes. En cuanto a la primera tendencia:
- El primer tipo de paramentos se caracteriza por el uso de mortero con un alto contenido de cal. Los más ricos en cal se encontraron en la zona más al sur del área rústica, que los arqueólogos identificaron como una posible capilla.
- Un segundo grupo de paramentos también contiene mortero con cal, aunque en menor proporción que los anteriores, pero igualmente proporciona una gran consistencia. Se localizan en la pars urbana, formando parte de las estructuras habitacionales.
- El tercer tipo de paramentos según el equipo de arqueólogos, se distingue por un mortero con mayor proporción de arena que de cal. Este tipo se empleó principalmente en los muros de la pars fructuaria, aunque también se han encontrado algunos ejemplos en la parte urbana.
La segunda tendencia constructiva muestra paramentos donde la cal es mínima o casi inexistente en el mortero, lo que motivó que el mortero aparezca muy desintegrado, esto confiere a los paramentos mayor fragilidad, reflejada en un nivel más alto de deterioro o destrucción con el paso del tiempo. La mayoría de estos ejemplos se encuentran en el área rústica, aunque también hay algunos en la pars fructuaria.
Solamente se encontró un paramento de tapial, en una zona que se supone destinada a jardines de vivienda en la pars urbana.
En cuanto a pavimentos aparecen tres tipos
- opus signinum: técnica de construcción utilizada en la antigua Roma, principalmente para la elaboración de pavimentos, aunque también se usaba para revestir superficies de muros o depósitos de agua. Es un tipo de mortero hidráulico compuesto por cal, arena y fragmentos de cerámica o tejas trituradas “testae”, lo que le daba su color característico rojizo y aumentaba su impermeabilidad. Este material era muy valorado en la ingeniería romana por su resistencia y por su durabilidad, sobre todo en la construcción de suelos y pavimentos en viviendas, termas y otras edificaciones, debido a su capacidad para repeler el agua. En obras hidráulicas, como cisternas y acueductos, se empleaba por sus propiedades impermeabilizantes. Fácil de aplicar, se extendió ampliamente en el Imperio Romano. Encontrar este tipo de pavimento data perfectamente un yacimiento arqueológico.
- El opus signinum no solo servía como base resistente, sino que a veces se decoraba con incrustaciones de pequeñas piedras o mosaicos, realzando el aspecto estético de las construcciones romanas.
- de tierra batida y compactada; y
- pizarra natural, de la zona.
Un acceso al complejo arqueológico estaría al E del mismo, en contacto con la pars urbana, los arqueólogos informaron haber creído detectar un pasillo de acceso con 1.60m de anchura. El desnivel del suelo de esta zona advierte una especie de rampa para salvar un desnivel de 0.30m. Seguidamente aparece una primera estancia o habitáculo que podría tener funcionalidad de recepción. En el ángulo NE una puerta lleva a una estancia rectangular y alargada, lo que en la Edad Media se entiende como “palacio”. Aquí existe un pilar que podría ser de sustentación o tener funcionalidad productiva, pues también apareció una rueda incompleta pequeña de molino y piedras grandes en el ángulo N de la misma estancia y de un espacio que se excavó en el suelo entre esta estancia y el ángulo NE. Los arqueólogos responsables de la excavación pensaron que podría tratarse de una zona de trabajo y, anexa a ella, un área de deposición.
Hay acceso hacia el N de la estancia a otra estancia que también es rectangular (otro palacio) cuya orientación es O-E, aquí aparece un agujero delimitado con piedras medianas formando pared, esto es así, por lo menos en su fondo. Parece tener acceso hacia el O por medio de una pequeña rampa.
Se accede a otra estancia cuadrangular. Se encuentran igualmente una serie de hoyos, numerosos, excavados en el suelo. En cuatro de ellos se encontraron vasijas grandes, entre medio y un metro de diámetro y enterradas entre 0.30 y 1m de profundidad en el suelo
En total vendrían a ser unas seis estancias que se conectan entre sí formando lo que fuera el complejo edilicio, siendo la última comentada especie de almacén de excedentes agropecuarios para consumo o comercio.
Existe otra estancia pequeña al S de la excavación con pavimento de lajas de piedra de mediano tamaño.
También se descubre una canalización con orientación SO-NE en la pars fructuaria, fuera de ella, al O de la misma. Vierte en su extremo NE, se pierde tanto al S como al N, estando hecha en opus caementiciun, es impermeable y según los arqueólogos no habría estado tapada.
El haber encontrado terra sigilata hispánica con notable presencia en el yacimiento, estaríamos ante una estructura entre el siglo I y III. La zona es rica en agua y así se constata en este mismo yacimiento, pues la canalización vendría de un castellum aquae” para abastecer a la población con agua potable.
Los arqueólogos determinaron que la vivienda localizada debía situarse en la parte S del complejo urbano y en la casa había dos patrios grandes sobre los cuales se distribuían las habitaciones del edificio. Como en otras ocasiones, los romanos usan como elementos constructivos los propios de la zona, así la construcción estaría hecha de ladrillos y también se usa el granito. La construcción sería como la típica casa romana, ejemplos cercanos los tenemos en Itálica, ya en la actual provincia de Sevilla, se construye la casa alrededor de un patio cuadrado generalmente o cuadrangular con un espacio porticado o claustro que sirve para proteger de las inclemencias del tiempo pero también para canalizar las aguas de la lluvia hacia el impluvium, una especie de estanque o piscina; o pequeña alberca; o pequeña fuente o pileta, que tiene este objetivo: recoger las aguar y aprovecharlas para consumo y limpieza. El pórtico o claustro estaba soportado por columnas.
En esta ocasión las casas que se disponen alrededor del patio central serían todas de forma rectangular. En una de ellas fueron encontrados un caldero y una jarra de cobre, completas pero deterioradas, más dos platos pequeños; también había cinceles, cuchillos, espátulas, hachas, leznas, etc. Aparte de los objetos de metal se encontraron igualmente cerámicas de entre los siglos IV y V, monedad de finales del siglo IV, considerando los arqueólogos que el momento culmen de la villa sería precisamente esta fecha y que la casa tendría al menos dos momentos constructivos, donde estarían presentes reestructuraciones y remodelaciones que incluyeron muro de cierre del que los arqueólogos solo encontraron parte.
Existencia también de una amplia zona que habría estado ajardinada y abierta al exterior pero cerrada dentro de los límites de la parte urbana de la villa.
En la parte rústica también se constatan varias estancias. Los romanos, como otras culturas reutilizan elementos constructivos, esto tiene una doble explicación pues con ello consiguen evitar costes, aprovechando in situ lo que hay y también supone la verdadera conquista total, poner su civilización sobre lo que encontraron en el terreno, sobre la civilización anterior, es como otra técnica de conquista, que reafirma lo conquistado, haciendo suyo lo que antes había. En este caso que nos ocupa, tenemos la existencia de un sillar reutilizado y dispuesto sobre el paramento N que los arqueólogos interpretan como un posible pequeño altar que según los ejecutores del proyecto podría haber servido para situar en el mismo alguna figura representativa de la Iglesia, esto implicaría la reutilización del espacio por población cristiana o hispanovisigoda, pues parece que la pieza procede de la posible existencia de un molino de agua sobre los siglos IV y V y más claramente en momentos más avanzados en el tiempo, en tiempos visigóticos.
También se encontró un pequeño horno que se entendió posiblemente para la fabricación de cerámica pero de uso particular, sin que pueda pensarse en uso comercial, precisamente por lo reducido de su tamaño. Este horno se sitúa a unos 15 metros del paramento más al E de la pars rústica, alejado de la zona habitada y orientado de forma que el viento dominante alejase el humo producto de la cocción, su orientación es SO-NE. Su cámara de combustión semiexcavada en la roca en un terreno de bastante pendiente por lo que la construcción intenta adaptarse al terreno y su fábrica es a base de elementos constructivos restos de anteriores construcciones. Tres arcos sustentan la parrilla en la que se colocaría la cerámica para cocer, los pilaritos de barro refractario, son de 0.38x0.28m, barro distinto del que recubría las paredes de la cámara. Los arqueólogos tuvieron la suerte de encontrar incluso cenizas y alguna pieza cerámica y tejas que hablan del paso del tiempo, fuego e inclemencias del tiempo; y detallan en informe los distintos momentos habitacionales y de construcción de lo que hablan las distintas piezas encontradas.
Según Informe Preliminar de la Excavación Arqueológica, algunas piezas de material constructivo en barro, como ladrillos completos y otras que se rescataron en la excavación fueron retiradas por personal del Ayuntamiento de Cabeza la Vaca para su guarda y custodia, con el objetivo de futura exposición. Los tres sillares reutilizados en diversas funcionalidades y estructuras y en la villa, también fueron rescatados y almacenados con el mismo fin[1].
[1] Informe preliminar EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA EX.103 TRAMO CALERA DE LEÓN – CABEZA LA VACA P.K. 24+770 a 24+950 CABEZA LA VACA (BADAJOZ).